
Acerca de Caro y Blendy:
Hola! ¿Cómo estás? Llegaste hasta acá para conocer más sobre mi y mi proyecto.
Tengo mucho para contarte pero lo principal es que por mucho tiempo yo me sentí perdida, sin saber “qué hacer de mi vida”, sin conocer exactamente qué me gustaba y a qué me quería dedicar.
Un día decidí observar mis emociones con mucha atención para descubrirme, conocer lo que sentía, lo que quería y lo que me hiciera felíz.
Parece algo muy simple, obvio y sencillo; pero para mí no lo era, porque realmente vivía en la duda y no me podía decidir.
Yo solo sentía que lo que hacía no me “llenaba” y no me gustaba del todo. Sentía que estaba invirtiendo mi tiempo en trabajos monótonos y rutinarios que no me dejaban conectar con lo que yo quería y podía ofrecer.
Después de dar mil vueltas, probar diferentes actividades, intentar emprender diferentes caminos y lo peor: invertir mucho tiempo y dinero; un día tomé la desición de dejar todo y a todos de lado para simplemente escucharme a mi misma.
Comencé a escucharme, observarme, entenderme y CREERME y todo cambió. Por eso quiero compartirte lo que me ayudó en este proceso, inspirarte y motivarte.
Cómo llegué a Blendy es una larga historia, lo importante es que con este proyecto logré combinar mis pasiones, de allí viene la palabra: blend es mezcla o mix y trendy quiere decir “tendencia”.
Yo, Caro, siento que soy y tengo una mezcla de pasiones que me guian todos los días y por eso para hablarte de Blendy debo primero contarte más de mi propia historia.
Un poco más sobre mi
Aquí te comparto mi historia:
Nací en Resistencia, Chaco. Nunca tuve un padre, mi mamá siempre fué soltera y tengo cuatro hermanos. Somos cinco en total y todos tenemos padres biológicos distintos. Me quiero detener en esta parte porque es algo que me costó MUCHISIMO contar.
Siempre sentí verguenza de eso. Después de un tiempo bastante largo, simplemente se me pasó la verguenza y no sabía qué sentir; desde hace dos años ya me liberé y lo cuento como si nada, es más, lo digo orgullosa porque aprendí que no soy culpable y mi mamá tampoco, sin embargo en el pasado vivimos siempre bajo una sombra de prejuicio y hasta a veces discriminación.
Ésto no es todo. En mi caso particular yo sabía perfectamente quién era mi papá. De hecho a los siete años de edad, le pedí a mi mamá que me contara acerca de él y que por favor le pidiera reunirnos. Mi mamá aceptó y así lo hizo; acordó una reunión con “este señor” que estaba pactada a las 17 hs. de un día miércoles de verano en la plaza Belgrano del centro de Resistencia.
Hacía mucho calor, muchísimo. Pero yo me preparé, me puse una vincha blanca con flores y un vestido celeste. Ah! y no olvidemos los zapatos blancos y medias con puntillas. Ahí estaba yo toda lista para al fin poder contarles a mis compañeritas de segundo grado que tenía un papá.
Esperamos mucho; había humedad en el ambiente de esa que te ahoga. Recuerdo estar sentada en un murito y mirar a las cuatro esquinas de la plaza sin divisar a nadie que se pareciera a un papá. Al rato nada, nada y nada. Nunca apareció. Me dejó plantada a mí y a mi mamá. Creo que borré ese recuerdo por mucho tiempo hasta que lo hice volver a mi consciencia para sanarlo.
Ese señor que esperé en la plaza, siguió pasando por la vereda de enfrente a mi casa (él vivía en nuestro barrio) como si nada nunca hubiese pasado, ni aquel encuentro pactado ni mi nacimiento, ni mi existencia; y así por años.
La historia continúa:
Hace muy poco después de muchisimo tiempo de pensar, analizar y escucharme decidí acudir a la justicia para pedir el reconocimiento legal por medio del trámite de filiación y así obtener mi identidad como corresponde, merezco y como un derecho.
Aquí estoy hoy, más fuerte y empoderada que nunca y por mi propia voluntad. No lo digo porque queda bien o está de moda, realmente es así.
La historia continuó y siguió mi vida. A los catorce años de edad, cuando estaba a tres días de cumplir mis esperados quince, a mi mamá le dió un ACV. De un momento a otro partió y ya no estaba con nosotros, ella tenía treinta y seis años. Eso si fué una gran revolución para nosotros y un recomenzar de la vida misma.
Quedamos a cargo de nuestros abuelos (por supuesto los padres de mi mamá) y vivimos con ellos hasta lo que cada uno pudo, y aquí nuevamente entro en detalle para contarte otra parte de la historia.
Cómo comenzó el cambio de vida y mi realidad:
Una tarde muy muy muy calurosa, tomaba tereré con dos amigas en la vereda de la casa de mi abuela. De la nada empezamos a soñar con viajar a algún lugar bien lejos. Soñamos tanto que visualizamos todo y lo hablamos entre nosotras con tanta pasión que podíamos verlo en nuestra mente, sentirlo en nuestro corazón y hasta en nuestra piel.
Nos veíamos las tres sentadas comiendo frutas en una playa de arena blanca y mar color esmeralda y lo deseamos con tanta fuerza que un par de tardes después ya estábamos planeando cómo podríamos llegar a eso.
Las tres teníamos en ese momento diecinueve años de edad y dos años más tarde, a los veintiuno, nos íbamos de viaje a Florida- Estados Unidos, a vivir una experiencia de trabajo por el verano.
Como digo siempre, era impensado que tres pibas norteñas sin un peso pudieran acudir a un viaje de esos que costaba cinco mil dólares cada una. Corría el año 2004 y el país apenas transitaba lo que había dejado la casi peor crisis de su historia. Sin embargo, nosotras trabajamos por años sin parar para cumplir nuestro objetivo. Para que te dés una idea, hasta convertí el patio de mi abuela en una especie de chacarita donde juntaba de todo para luego venderlo; hasta cartón. Si, fuí cartonera!
Para ese entonces yo estudiaba Sistemas de Información en la Universidad Nacional del Nordeste y por cosas del destino, ántes de partir hacia USA rendí todas mis materias de lo que me convertiría en Programadora Universitaria de Aplicaciones. Claro, yo no lo sabia en ese momento, pero lo que se suponía que duraría seis meses para mí fueron (en principio) tres años y medio de estadía en Estados Unidos ántes de regresar a Chaco.
Dios, sincronicidad, magia, fé o como cada uno quiera llamarle:
Yo no volví a Resistencia cuando debía hacerlo, sino que extendí mi visa y me quedé trabajando en USA.
Siempre me consideré una bendecida y creo que en mi camino fueron puestas las personas más buenas y generosas porque desde que llegué a Estados Unidos comencé a trabajar en una empresa en donde cada persona me sostuvo cuando lo necesité.
Detalle vá, detalle viene…pude acceder a la residencia permanente legal en un tiempo récord. La historia es muy larga como para detenerme aquí a contarte cada uno de esos detalles, solo quisiera mencionar que en ese momento no estaba tan disponible la información en la web como ahora.
El trámite que yo realicé fué extraordinario y fuera de lo común y del mismo ni siquiera los estudios de abogados sabían. Llamé a muchos pero nadie me daba la respuesta que esperaba así que decidí llevarlo a cabo yo sola y por mis propios medios.
Me pasé días y noches preparando mi caso para presentarlo al gobierno de USA. Escribí diecinueve páginas en inglés contando mi historia y tenía un tiempo estimado de espera de por lo menos trece meses para ver si mi caso tenía chances de ser aprobado. Me jugaba todo, porque si no me lo aceptaban, podrían tal vez deportarme.
No me vas a creer: magia nuevamente. En cuatro meses mi caso estuvo resuelto y aprobado. Luego, en dos meses más ya era residente permanente legal y por diez años.
Yo sabía que no quería volver a vivir a Resistencia, pero como una veinteañera tampoco estaba muy segura del todo de lo que quería ni con qué detalles, así que me dejé llevar.
Cuando ya iban unos siete años seguidos viviendo y trabajando en Florida, un día conocí a Seba por medio de mi mejor amiga en USA. Él había ido a pasar tres meses allí para conocer lugares, vivir una experiencia.
Como si nada me encontré enamorada de él, y fué muy correspondido así que estuvimos tratando de seguir juntos a la distancia por dos años y medio; yendo y viniendo de Buenos Aires a Florida.
Un día en julio de 2014 recibí una muy mala noticia, mi abuela amada había sufrido un ACV en Resistencia por lo que decidí tomarme un vuelo lo más pronto posible y venirme para estar con ella. Pude llegar ántes de que ella partiera y me despedí. Ni te cuento la tristeza que tenía yo. Más tristeza que cuando murió mi mamá o las tantas veces que sufrí decepciones de la vida.
Decidí en ese momento jugarme y cambiar todo el plan. Volví a Florida luego de enterrar a mi abuela, renuncié a mi trabajo y vendí mis cosas (auto incluído) en diez días. Y al día número once ya estaba instalada en Ciudad de Buenos Aires, a las pocas semanas no dudamos y decidimos venir a vivir a la Patagonia para formar nuestra familia.
De mi hogar en el exterior, mi vida en la playa, piel bronceada y pelo largo pasé a estar embarazada de la nada. Sin trabajar y en un lugar literalmente nuevo (nuevo al extremo que no llegaba Cablevisión a la zona de chacras donde fuimos a vivir porque el barrio estaba en muy reciente desarrollo, y ésto a doce cuadras de la plaza principal de mi nueva ciudad).
Yo sentía que había vuelto al pasado, literal.
Viví un primer año horroroso, trayendo mis cargas heredadas y las mías de mi propio camino con la pérdida reciente de un grán sostén, mi abuela. Además deteniendo el ritmo repentinamente y sin escalas.
Nació nuestro primer bebé en enero de 2016 y la maternidad me dió las dos cachetadas que me faltaban. Como si fuera poco, al año ya estaba embarazada de nuevo pero ésta vez un poco más adaptada y canchera con la lactancia también ja. En enero de 2018 nació nuestra beba. Hoy estoy felíz. Muy felíz y en paz.
El ritmo tan acelerado y los cambios tan bruscos en mi vida me acarrearon a toda velocidad y en algún momento tenía que entrar en una meseta con un poco de tranquilidad y así fué. Estoy ahora en un hogar hermoso y rodeada de amor.
Ahora si, acerca de Blendy:
Soy Caro, y soy una *BlendySoul:
Tengo varias pasiones a las que llegué a reconocer después de un largo proceso de consciencia y conocimiento interno.
Recién cuando fuí capáz de mirar hacia adentro y superar miedos, me animé a emprender y a tratar de combinar VERDADERAS mis pasiones en un solo lugar: Blendy.
Esas pasiones las puedo describir así:
- Siempre me reconocí una aficionada por los viajes. Ya fueran cortos o largos; más o menos aventurosos. Las escapadas literalmente “a cualquier lugar” para mí
representan una aventura y un descubrimiento nuevo, no solo de lugar sino de mi misma también.
- Las palabras: desde pequeña disfruto leer y reflexionar con mensajes, relatos, libros, historias reales y de ficción que me representen un crecimiento interno
y que a la vez ese aprendizaje lo pueda compartir con lo demás, contribuyendo así también al desarrollo personal de otras personas.
- Lettering y Journaling: dibujar letras, mensajes, llenar cuadernos con reflexiones y atesorar todo tipo de éstos. Amo los cuadernos; lo que me hace también encontrar una conexión interna con la escritura, en principio de mensajes y frases cortas y también de textos más largos, informativos y/o reflexivos.
No es casualidad, mi abuela tenía un cuaderno de notas, frases, reflexiones y poemas que hoy atesoramos como reliquia porque nos representa la memoria y recuerdo
de un ser amado.
Además, recuerdo de pequeña haber disfrutado las horas en que mi propia mamá dibujaba las caratulas de mis cuadernos de la escuela, y conservo hasta hoy algunas de ellas.
Todo esto lo quise combinar con el mejor medio de comunicación para mi: el digital digital: mi sitio web y así poder darme a conocer y llegar a vos.
Decidí también, dar la opción de compartir este hermoso espacio a otros emprendedores y emprendedoras que quieran ser parte de un ecosistema de inspiración mutua y que se puedan beneficiar dando a conocer su propuesta de valor. Es por eso que trabajo junto a marcas como Be Wambli, Cecilia Scotti, Feria LeChic y Alma Singer entre otras.
Por lo tanto BLENDY es mi marca creada para dar inspiración que toma la forma de:
- Un website y BLOG para amantes de los viajes, emprendimientos, la conciencia interna, el desarrollo personal, la lectura y la escritura.
- Un shop de objetos que te dan la posibilidad de conectar con vos mismx desde tu interior, contribuyendo a tu propio desarrollo personal.
Pude llegar a concretar este proyecto luego de dar muchisimas vueltas tratando de encontrar lo que me encantara hacer y que además me hiciera felíz.
En verdad no lo sabía o no podía darme cuenta y por eso quiero ahorrarte un paso a vos que estás como yo estaba ántes: sin saber para donde ir.
Descubrí que me encanta brindar INSPIRACIÓN a otras personas y por supuesto aspiro a inspirarlas siempre.
La vida para mi no fué fácil; mi infancia y adolescencia estuvieron marcadas por todo tipo de carencias pero pude sortear obstáculos y situaciones desafiantes y aprendí a tomar desiciones que me hicieron cambiar el rumbo de mi vida. Hoy me siento plena.
Todo lo que aprendí y lo que me propuse lo pude concretar gracias a estar en constante aprendizaje y rodeandome de personas que cumplían con brindarme lo que yo buscaba: INSPIRACIÓN para estar motivada a cambiar mi vida.
Te invito a que conozcas lo que te preparé para que vos también te sientas inspirado y motivado a buscar adentro tuyo todo el cambio que deseas o lo que te apasiona, y que lo puedas convertir en tu actividad favorita, de inspiración y por qué no, también en tu trabajo.
…Y ¿cómo te puedo ayudar?
Blendy es lo que siempre quise hacer: un sitio web donde hay un blog y una tienda donde todo está seleccionado especialmente para brindarte inspiración, contribuir a tu desarrollo personal y conciencia interna.
En Blendy combino lo que soy y lo que sé hacer: escribir, ilustrar y crear. El papel es mi herramienta favorita para organizarme, vivir una vida más presente, enfocada y libre. Leé acerca de motivación, historias, relatos y más.
Encontrá regalos para vos! Mis ilustraciones con mensajes motivadores para descargar e imprimir, intervenirlos, regalar o utilizarlo como desees. Además, te comparto ideas y herramientas que utilicé en mi camino hacia el autoconocimiento. Vamos juntas, acompañame y te acompaño 🙂